La perspectiva de Dios

Foto por Luis Caballero

Foto por Luis Caballero

La dimensión de Dios es infinita e incomprensible

Por Madai Chávez Argott

¿Tiene Dios el poder para hacer desaparecer mi dolor en este mismo instante? La respuesta indiscutible es: sí. Pero la verdadera cuestión debería ser: ¿Por qué tendría que hacerlo?  

El problema frecuente del sufrimiento es que tendemos a enfocarnos en él desde nuestra propia perspectiva, la cual indudablemente destaca la urgencia de hacerlo desparecer de inmediato. Esa manera tan humana y a veces equivocada de ver el panorama se asemeja al efecto visual que enfrentamos cuando un objeto está a una gran distancia. 

Por ejemplo, la luna. El diámetro de la luna mide cerca de 4,376 km, pero si la vemos desde nuestra perspectiva, cerca de nuestros ojos, mide tanto como un pulgar. Sin embargo, esa idea no evitará que si la luna nos cayera encima, aplaste a la cuarta parte del planeta.  

El asunto es que dejamos que las emociones, nuestro escaso conocimiento e incluso nuestra lógica humana determinen la manera de ver las circunstancias, correremos el riesgo de equivocarnos con frecuencia. 

La dimensión de Dios es infinita e incomprensible. Él sí puede ver el panorama completo desde una perspectiva universal y eterna. Su propósito requiere todas las piezas del rompecabezas, de las cuales somos una. 

Sin embargo, sabemos de antemano que el paisaje será maravilloso. Algunas veces, vemos el resultado de la prueba de inmediato, otras veces no. Pero podemos estar seguros de que el Señor, experto arquitecto, tiene todo en sus manos y la victoria preparada para nosotros desde la eternidad. 

Entonces ¡no tenemos que temer! Confiemos en su perspectiva para cada día y situación de nuestra vida.

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